
En su artículo de 2017, «Debunking the Myths About Training Load, Injury and Performance: Empirical Evidence, Hot Topics and Recommendations for Practitioners», Tim J. Gabbett aborda conceptos erróneos comunes sobre la relación entre la carga de entrenamiento, las lesiones y el rendimiento deportivo. A través de evidencia empírica, Gabbett desmitifica cinco creencias prevalentes y ofrece recomendaciones prácticas para profesionales del deporte.
Mito 1: La carga de entrenamiento explica todas las lesiones
Aunque las cargas de entrenamiento inapropiadas pueden aumentar el riesgo de lesión, Gabbett enfatiza que las lesiones son multifactoriales. Factores como el estrés emocional, la ansiedad, la falta de sueño y la biomecánica deficiente también contribuyen significativamente al riesgo de lesión.
Mito 2: La «regla del 10%» es universalmente aplicable
La creencia de que los aumentos semanales en la carga de entrenamiento no deben superar el 10% carece de respaldo científico sólido. Gabbett señala que la tolerancia al incremento de la carga varía entre individuos y depende de su carga crónica y nivel de preparación física.
Mito 3: Se deben evitar a toda costa los «picos» y «valles» en la carga de entrenamiento
Si bien aumentos rápidos en la carga (picos) pueden elevar el riesgo de lesión, Gabbett destaca que una carga crónica alta y bien gestionada puede proteger contra lesiones. La clave es equilibrar adecuadamente la carga aguda y crónica, utilizando herramientas como el Acute Chronic Workload Ratio (ACWR) para monitorear y ajustar las cargas de entrenamiento.
Mito 4: Todas las lesiones ocurren en momentos de alta carga de entrenamiento
Gabbett argumenta que las lesiones también pueden ocurrir durante períodos de baja carga, especialmente si el atleta está insuficientemente preparado o si hay una disminución significativa en la carga crónica, lo que reduce la capacidad del atleta para tolerar cargas futuras.
Mito 5: La gestión de la carga de entrenamiento es responsabilidad exclusiva del personal de acondicionamiento físico
La prevención de lesiones y la optimización del rendimiento requieren un enfoque multidisciplinario. Entrenadores, preparadores físicos, médicos y los propios atletas deben colaborar para diseñar, implementar y ajustar programas de entrenamiento basados en datos objetivos y subjetivos.
Recomendaciones clave:
- Monitoreo individualizado: Evaluar regularmente la respuesta de cada atleta a las cargas de entrenamiento, considerando factores internos (como la percepción del esfuerzo) y externos (como la distancia recorrida).
- Ajustes progresivos: Incrementar las cargas de manera gradual y personalizada, evitando aumentos bruscos que puedan predisponer a lesiones.
- Consideración de factores externos: Incorporar en la planificación aspectos como el estrés académico, la calidad del sueño y otros factores psicosociales que puedan influir en la recuperación y el rendimiento del atleta.
En resumen, Gabbett enfatiza la importancia de una gestión de la carga de entrenamiento basada en evidencia, adaptada a las necesidades individuales y contextuales de cada atleta, y respaldada por la colaboración de un equipo multidisciplinario.
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