Durante el ejercicio intenso se activan varias vías metabólicas para proporcionar energía a los músculos:
- Fosfocreatina (PCr). La PCr es una molécula almacenada en los músculos que se descompone rápidamente para regenerar moléculas de adenosina trifosfato (ATP), que es la forma de energía utilizada por las células musculares. La descomposición de la PCr proporciona una fuente rápida de ATP durante los primeros segundos de ejercicio intenso.
- Glucólisis anaeróbica. La glucólisis es una vía metabólica que descompone la glucosa para generar ATP. Durante el ejercicio intenso, la glucólisis anaeróbica se activa para producir ATP rápidamente en ausencia de oxígeno. Sin embargo, esta vía metabólica produce lactato como subproducto, lo que puede contribuir a la acumulación de ácido láctico en los músculos.
- Glucólisis aeróbica. A medida que el ejercicio continúa y la demanda de energía se mantiene elevada, se activa la glucólisis aeróbica, que utiliza oxígeno para descomponer la glucosa y generar ATP de manera más eficiente. Esta vía metabólica produce menos lactato y es una fuente sostenible de energía durante el ejercicio de intensidad moderada a alta.
- Oxidación de ácidos grasos. Durante el ejercicio prolongado, los ácidos grasos almacenados en los músculos y en el tejido adiposo se descomponen y se oxidan para generar ATP. Esta vía metabólica es más predominante en ejercicios de baja intensidad y larga duración, como el ejercicio aeróbico de resistencia.
El metabolismo anaeróbico aláctico, también conocido como sistema ATP-PCr, predomina en esfuerzos de alta intensidad y muy corta duración, como sprints o actividades explosivas. Durante la realización de este tipo de esfuerzos, el cuerpo requiere una rápida producción de energía para mantener la contracción muscular. El metabolismo anaeróbico aláctico es más activo durante los primeros segundos de ejercicio intenso. Durante este tiempo, la descomposición del fosfato de creatina (PCr) proporciona una fuente rápida de adenosina trifosfato (ATP), que es la forma de energía utilizada por las células musculares.
La producción de energía a través del metabolismo anaeróbico láctico es predominante en esfuerzos de alta intensidad y corta duración, generalmente en actividades físicas de hasta 2 minutos de duración. Durante el metabolismo anaeróbico láctico, la principal fuente de energía es la glucosa almacenada en forma de glucógeno en los músculos. La glucólisis anaeróbica descompone la glucosa para generar ATP rápidamente, produciendo lactato como principal subproducto metabólico. La acumulación de lactato en los músculos debido a la rápida descomposición de la glucosa puede contribuir a la fatiga muscular y a la sensación de ardor y dolor durante la realización del ejercicio a máxima intensidad.
La producción de energía vía aeróbica es característica de esfuerzos de intensidad moderada o baja y de larga duración, que van desde algunos minutos (3- 5 minutos) hasta horas. Durante este tiempo, el cuerpo puede utilizar de manera eficiente los depósitos energéticos, tales como el glucógeno muscular y las grasas almacenadas en el tejido adiposo y en los músculos, para generar ATP a través de su oxidación en el ciclo de Krebs y la fosforilación oxidativa de las mitocondrias presentes en la célula muscular. La contribución relativa de los sustratos que aportan energía puede cambiar, con una mayor dependencia de las grasas a intensidades más bajas y una mayor dependencia del glucógeno muscular a intensidades más altas.
Es importante destacar que estas vías metabólicas no funcionan de forma aislada, sino que se superponen y se activan en diferentes proporciones según la intensidad y duración del ejercicio. Además, la disponibilidad de oxígeno, los niveles de glucógeno muscular y otros factores pueden influir en la contribución relativa de cada vía metabólica.
El metabolismo energético puede presentar algunas diferencias entre hombres y mujeres. Aunque los principios generales de regulación del metabolismo son similares en ambos sexos, existen algunas variaciones que pueden influir en el rendimiento deportivo y la respuesta al ejercicio:
- Composición corporal. Las mujeres tienden a tener un mayor porcentaje de grasa corporal en comparación con los hombres. Esto puede influir en la utilización de sustratos energéticos durante el ejercicio, ya que las mujeres pueden depender más de las grasas como fuente de energía.
- Hormonas. Las hormonas sexuales, como los estrógenos y la progesterona, pueden tener efectos en el metabolismo energético. Por ejemplo, se ha observado que las mujeres tienen una mayor capacidad para oxidar grasas durante el ejercicio en comparación con los hombres, posiblemente debido a los niveles fluctuantes de estrógeno a lo largo del ciclo menstrual.
- Respuesta individual al entrenamiento. Algunos estudios sugieren que las mujeres pueden tener una mayor capacidad para adaptarse al entrenamiento aeróbico en comparación con los hombres. Esto puede deberse a diferencias en la respuesta hormonal y en la composición muscular.
Es importante tener en cuenta que estas diferencias son generales y pueden variar de una persona a otra. Además, el rendimiento deportivo está influenciado por múltiples factores, como la genética, el entrenamiento y la nutrición. Por lo tanto, es fundamental tener un enfoque individualizado al diseñar programas de entrenamiento y nutrición para hombres y mujeres.
Hargreaves, M., Spriet, LL Metabolismo energético del músculo esquelético durante el ejercicio. Nat Metab 2 , 817–828 (2020). https://doi-org.acceso.uvigo.gal/10.1038/s42255-020-0251-4