¿Cuáles son las principales vías metabólicas que se activan durante el ejercicio intenso?

Durante el ejercicio intenso se activan varias vías metabólicas para proporcionar energía a los músculos:

  • Fosfocreatina (PCr). La PCr es una molécula almacenada en los músculos que se descompone rápidamente para regenerar moléculas de adenosina trifosfato (ATP), que es la forma de energía utilizada por las células musculares. La descomposición de la PCr proporciona una fuente rápida de ATP durante los primeros segundos de ejercicio intenso.
  • Glucólisis anaeróbica. La glucólisis es una vía metabólica que descompone la glucosa para generar ATP. Durante el ejercicio intenso, la glucólisis anaeróbica se activa para producir ATP rápidamente en ausencia de oxígeno. Sin embargo, esta vía metabólica produce lactato como subproducto, lo que puede contribuir a la acumulación de ácido láctico en los músculos.
  • Glucólisis aeróbica. A medida que el ejercicio continúa y la demanda de energía se mantiene elevada, se activa la glucólisis aeróbica, que utiliza oxígeno para descomponer la glucosa y generar ATP de manera más eficiente. Esta vía metabólica produce menos lactato y es una fuente sostenible de energía durante el ejercicio de intensidad moderada a alta.
  • Oxidación de ácidos grasos. Durante el ejercicio prolongado, los ácidos grasos almacenados en los músculos y en el tejido adiposo se descomponen y se oxidan para generar ATP. Esta vía metabólica es más predominante en ejercicios de baja intensidad y larga duración, como el ejercicio aeróbico de resistencia.

El metabolismo anaeróbico aláctico, también conocido como sistema ATP-PCr, predomina en esfuerzos de alta intensidad y muy corta duración, como sprints o actividades explosivas. Durante la realización de este tipo de esfuerzos, el cuerpo requiere una rápida producción de energía para mantener la contracción muscular. El metabolismo anaeróbico aláctico es más activo durante los primeros segundos de ejercicio intenso. Durante este tiempo, la descomposición del fosfato de creatina (PCr) proporciona una fuente rápida de adenosina trifosfato (ATP), que es la forma de energía utilizada por las células musculares.

La producción de energía a través del metabolismo anaeróbico láctico es predominante en esfuerzos de alta intensidad y corta duración, generalmente en actividades físicas de hasta 2 minutos de duración. Durante el metabolismo anaeróbico láctico, la principal fuente de energía es la glucosa almacenada en forma de glucógeno en los músculos. La glucólisis anaeróbica descompone la glucosa para generar ATP rápidamente, produciendo lactato como principal subproducto metabólico. La acumulación de lactato en los músculos debido a la rápida descomposición de la glucosa puede contribuir a la fatiga muscular y a la sensación de ardor y dolor durante la realización del ejercicio a máxima intensidad. 

La producción de energía vía aeróbica es característica de esfuerzos de intensidad moderada o baja y de larga duración, que van desde algunos minutos (3- 5 minutos) hasta horas. Durante este tiempo, el cuerpo puede utilizar de manera eficiente los depósitos energéticos, tales como el glucógeno muscular y las grasas almacenadas en el tejido adiposo y en los músculos, para generar ATP a través de su oxidación en el ciclo de Krebs y la fosforilación oxidativa de las mitocondrias presentes en la célula muscular. La contribución relativa de los sustratos que aportan energía puede cambiar, con una mayor dependencia de las grasas a intensidades más bajas y una mayor dependencia del glucógeno muscular a intensidades más altas.

Es importante destacar que estas vías metabólicas no funcionan de forma aislada, sino que se superponen y se activan en diferentes proporciones según la intensidad y duración del ejercicio. Además, la disponibilidad de oxígeno, los niveles de glucógeno muscular y otros factores pueden influir en la contribución relativa de cada vía metabólica.

El metabolismo energético puede presentar algunas diferencias entre hombres y mujeres. Aunque los principios generales de regulación del metabolismo son similares en ambos sexos, existen algunas variaciones que pueden influir en el rendimiento deportivo y la respuesta al ejercicio:

  • Composición corporal. Las mujeres tienden a tener un mayor porcentaje de grasa corporal en comparación con los hombres. Esto puede influir en la utilización de sustratos energéticos durante el ejercicio, ya que las mujeres pueden depender más de las grasas como fuente de energía.
  • Hormonas. Las hormonas sexuales, como los estrógenos y la progesterona, pueden tener efectos en el metabolismo energético. Por ejemplo, se ha observado que las mujeres tienen una mayor capacidad para oxidar grasas durante el ejercicio en comparación con los hombres, posiblemente debido a los niveles fluctuantes de estrógeno a lo largo del ciclo menstrual.
  • Respuesta individual al entrenamiento. Algunos estudios sugieren que las mujeres pueden tener una mayor capacidad para adaptarse al entrenamiento aeróbico en comparación con los hombres. Esto puede deberse a diferencias en la respuesta hormonal y en la composición muscular.

Es importante tener en cuenta que estas diferencias son generales y pueden variar de una persona a otra. Además, el rendimiento deportivo está influenciado por múltiples factores, como la genética, el entrenamiento y la nutrición. Por lo tanto, es fundamental tener un enfoque individualizado al diseñar programas de entrenamiento y nutrición para hombres y mujeres.

Hargreaves, M., Spriet, LL Metabolismo energético del músculo esquelético durante el ejercicio. Nat Metab 2 , 817–828 (2020). https://doi-org.acceso.uvigo.gal/10.1038/s42255-020-0251-4

¿Cómo entrenan los y las sprinters de élite?

La capacidad de producir la mayor velocidad promedio posible en distancias consideradas cortas, entre los 60 y 200 m, es el principal objetivo de rendimiento para los corredores y corredoras clasificados en las pruebas atléticas de sprint. 

Asimismo, esta capacidad de rendimiento físico se considera también fundamental para el rendimiento en competición de otras modalidades deportivas, especialmente aquellas  denominadas como deportes de equipo con balón: fútbol, rugby, baloncesto, balonmano,…

En este post y a partir de la excelente revisión realizada en el artículo de Haugen, Seiler, Sandbakk y colaboradores (2019) en la revista Sports Medicine daré una pincelada en relación a las formas de entrenamiento de esta capacidad en sprinters de élite y en deportistas de deportes de equipo con balón.

Factores de rendimiento

La mayoría de los expertos en entrenamiento coinciden en los siguientes factores generales que determinan el rendimiento en las pruebas de sprint:

  • Características genéticas. Especialmente las características antropométricas, las proporciones de fibras musculares y la capacidad de adaptación al entrenamiento.
  • Potencia muscular. Máxima fuerza y potencia asociada a una elevada frecuencia de movimiento. Contracciones pliométricas a máxima potencia mecánica.
  • Técnica. La posición del cuerpo, la longitud y la frecuencia de zancada, el tiempo de contacto con el suelo y otros factores biomecánicos mejoran la eficiencia y maximizan el rendimiento en el sprint.
  • Resistencia específica. De carácter esencialmente anaeróbico.
  • Otros factores: edad, sexo, coordinación intermuscular, experiencia, entrenamiento y condiciones externas. 

Principios metodológicos en el entrenamiento del sprint

Para el entrenamiento del sprint en deporte de alto rendimiento, destaca preferentemente la consideración de los principios de carga progresiva, específica e individual además de los principios de variación y periodización.

Para la aplicación del principio de carga progresiva para la mejora del sprint se proponen los siguientes criterios de entrenamiento:

  • Aumento gradual de la intensidad. Se comienza con intensidades más bajas y se va aumentando progresivamente a medida que el atleta se adapta y mejora. Esto se puede lograr aumentando la velocidad de carrera, la resistencia al sprint o la carga de trabajo en el entrenamiento de fuerza.
  • Incremento de la duración y frecuencia de los entrenamientos. Se puede aumentar gradualmente la duración de los entrenamientos y la frecuencia de las sesiones a medida que el atleta se vuelve más capaz de manejar mayores volúmenes de entrenamiento.
  • Progresión en la carga de trabajo. Se puede aumentar la carga de trabajo en términos de repeticiones, series, distancia o tiempo de sprint, así como la carga de peso en el entrenamiento de fuerza. Esto se hace de manera gradual y controlada para permitir que el cuerpo se adapte y se fortalezca de manera segura.
  • Descanso y recuperación adecuados. A medida que se aumenta la carga de entrenamiento, también es importante asegurarse de que haya suficiente tiempo de descanso y recuperación entre las sesiones. Esto permite que el cuerpo se repare y se fortalezca, evitando el sobreentrenamiento y las lesiones.

Para la aplicación del principio de carga específica en la mejora del sprint se proponen los siguientes criterios de entrenamiento:

  • Desarrollo de una técnica eficiente de carrera. Una parte importante del entrenamiento específico  del sprint se debe centrar en la mejora de la técnica de carrera. Para ello se pueden utilizar ejercicios y drills específicos para optimizar la postura, la longitud de zancada, la frecuencia de zancada y otros aspectos técnicos relacionados. Estos ejercicios se realizan a alta velocidad y se enfocan en replicar los patrones de movimiento utilizados durante la competición.
  • Variación en las superficies de entrenamiento. El entrenamiento en diferentes superficies, como pista de tartán, césped o superficies duras, puede ayudar a desarrollar la resistencia y la fuerza específica requerida para el sprint. Cada superficie tiene sus propias demandas biomecánicas y neuromusculares, lo que contribuye a la adaptación y a la mejora del rendimiento en diferentes situaciones.
  • Uso de implementos y resistencia. Se pueden utilizar implementos como trineos de arrastre, bandas de resistencia o paracaídas de resistencia para aumentar la carga de trabajo durante el sprint. Estos artefactos proporcionan resistencia adicional y desafían al sistema neuromuscular de manera específica.
  • Periodización del entrenamiento. La carga específica en el sprint se planifica en fases y ciclos de entrenamiento, teniendo en cuenta los objetivos a corto y largo plazo. Esto implica la manipulación de variables como la intensidad, el volumen y la frecuencia del entrenamiento para optimizar la adaptación y el rendimiento.

Para la aplicación del principio de carga individual en la mejora del sprint se proponen los siguientes criterios de entrenamiento:

  • Evaluación previa de las capacidades individuales. Antes de diseñar un programa de entrenamiento, es importante evaluar las capacidades individuales del atleta, como la fuerza, la velocidad, la resistencia y la técnica de carrera. Esto puede incluir pruebas de rendimiento, análisis de video y evaluaciones físicas.
  • Adaptación de la carga de entrenamiento. La carga de entrenamiento debe ajustarse según las capacidades y necesidades individuales del atleta. Esto implica ajustar la intensidad, el volumen y la frecuencia del entrenamiento para optimizar los resultados y evitar el sobreentrenamiento.
  • Personalización de los ejercicios y drills. Los ejercicios y drills utilizados en el entrenamiento del sprint deben adaptarse a las características individuales del atleta. Esto puede incluir ejercicios específicos para trabajar en áreas de mejora identificadas durante la evaluación inicial.
  • Consideración de factores individuales. Se deben tener en cuenta factores individuales como la edad, el sexo, la experiencia previa en el sprint y las lesiones anteriores al diseñar el programa de entrenamiento. Estos factores pueden influir en la progresión, la carga de trabajo y las estrategias de recuperación utilizadas.

Finalmente, y para la aplicación del principio de variación y periodización en la mejora del sprint se proponen los siguientes criterios de entrenamiento:

  • Variación en las variables de programación del entrenamiento. La variación sistemática en las variables de entrenamiento, como la intensidad, el volumen, la frecuencia y el tipo de entrenamiento, es fundamental para evitar la adaptación y el estancamiento en el rendimiento. Esto implica cambiar regularmente los ejercicios, las cargas de trabajo y las modalidades de entrenamiento para desafiar al cuerpo de diferentes maneras y promover adaptaciones continuas.
  • Periodización del entrenamiento. La periodización implica dividir el programa de entrenamiento en diferentes fases o ciclos, cada uno con objetivos y enfoques específicos. Esto permite una progresión gradual y una adaptación óptima del cuerpo. Algunos modelos de periodización comunes en el entrenamiento del sprint incluyen el modelo de periodización clásico, el modelo de bloque y el modelo de largo a corto. La elección del modelo de periodización depende de factores como la distancia de sprint, el nivel de competencia y las preferencias del entrenador.
  • Manipulación de la carga de entrenamiento. La carga de entrenamiento se ajusta de manera progresiva y planificada a lo largo del tiempo. Esto implica aumentar gradualmente la intensidad, el volumen y la frecuencia del entrenamiento a medida que el atleta se adapta y mejora. También se pueden incorporar períodos de descanso y recuperación para permitir la supercompensación y evitar el sobreentrenamiento.
  • Enfoque en la especificidad del entrenamiento. El entrenamiento del sprint se enfoca en movimientos y demandas específicas del sprint, como la velocidad, la aceleración y la potencia. Se utilizan ejercicios y drills específicos para replicar las demandas del sprint y mejorar las habilidades técnicas y físicas necesarias para el rendimiento óptimo.

Métodos específicos de entrenamiento

-> Método para la mejora de la capacidad de aceleración:

  • Desarrollo de la técnica de salida. Se enfoca en la mejora de la técnica de salida desde los bloques de salida. Esto implica trabajar en la posición inicial, la reacción al disparo de salida y la transición suave hacia la fase de aceleración.
  • Ejercicios de aceleración. Se utilizan ejercicios específicos para mejorar la capacidad de aceleración, como carreras de aceleración progresiva, carreras de resistencia a la velocidad y carreras de aceleración desde diferentes posiciones de partida.
  • Entrenamiento de fuerza explosiva. Se incluyen ejercicios de fuerza explosiva, como saltos pliométricos y ejercicios de fuerza, para desarrollar la potencia muscular necesaria para una aceleración rápida y eficiente.
  • Entrenamiento de la técnica de carrera. Se trabaja en la mejora de la técnica de carrera durante la fase de aceleración, centrándose en aspectos como la longitud de zancada, la frecuencia de zancada y la postura corporal adecuada.

-> Método para la mejora de la velocidad máxima:

  • Carreras lanzadas. Estas carreras se realizan después de una fase de aceleración y se caracterizan por comenzar desde una velocidad ya alta. El objetivo es mantener la velocidad máxima durante un período determinado.
  • Entrenamiento de la técnica de carrera. Enfocada en aspectos como la postura corporal, la longitud de zancada, la frecuencia de zancada y la eficiencia de movimiento.
  • Entrenamiento de la potencia muscular. Incluyendo ejercicios de fuerza explosiva, saltos pliométricos y entrenamiento de fuerza con o sin sobrecargas.

-> Método para la mejora de la resistencia específica de velocidad:

  • Entrenamiento de intervalos cortos. Se utilizan intervalos de alta intensidad para simular las demandas de resistencia del sprint. Esto implica alternar períodos de esfuerzo máximo con períodos de recuperación activa o descanso.
  • Entrenamiento de resistencia anaeróbica. Se enfoca en mejorar la capacidad del cuerpo para utilizar el sistema anaeróbico durante el sprint. Esto implica trabajar en la producción de energía rápida y eficiente a través de la vía anaeróbica con esfuerzos máximos o casi máximos entre 100 m y 600 m. 
  • Entrenamiento de resistencia muscular: Se incluyen ejercicios y drills específicos para fortalecer los músculos involucrados en el sprint y mejorar su resistencia. Esto puede incluir ejercicios de fuerza explosiva y ejercicios de resistencia muscular localizada.
  • Entrenamiento de resistencia mental: Se trabaja en el desarrollo de la resistencia mental y la capacidad de mantener el enfoque y la determinación durante el sprint. Esto puede incluir técnicas de visualización, entrenamiento de la concentración y prácticas de control del estrés.

-> Método de sprint asistido:

  • Cuesta abajo. Correr cuesta abajo es una forma común de sprint asistido. La gravedad ayuda al atleta a aumentar la velocidad y la fuerza de la zancada. Esto puede ayudar a mejorar la capacidad de generar velocidad y a trabajar en la técnica de carrera a altas velocidades.
  • Cuerda elástica. Algunos atletas utilizan una cuerda elástica que los ayuda a acelerar durante el sprint. La resistencia de la cuerda al estirarse proporciona una asistencia adicional, lo que permite al atleta alcanzar velocidades más altas de lo que podría lograr por sí solo.
  • Dispositivos motorizados. En algunos casos, se utilizan dispositivos motorizados para asistir en el sprint. Estos dispositivos pueden proporcionar una tracción adicional para ayudar al atleta a alcanzar velocidades más altas y mejorar la técnica de carrera.

-> Método de sprint contra resistencia:

  • Correr cuesta arriba. Correr cuesta arriba es una forma común de Resisted Sprinting. La resistencia adicional de la gravedad al correr cuesta arriba ayuda a fortalecer los músculos y mejorar la potencia de la zancada durante la fase de aceleración.
  • Trineos de resistencia. Los trineos de resistencia son utilizados para agregar carga adicional al sprint. Los atletas corren mientras arrastran un trineo con peso, lo que aumenta la resistencia y la fuerza requerida para acelerar.
  • Dispositivos motorizados. Algunos dispositivos motorizados, como arneses de resistencia o bandas elásticas, pueden utilizarse para proporcionar resistencia adicional durante el sprint. Estos dispositivos ayudan a fortalecer los músculos y mejorar la potencia explosiva durante la fase de aceleración.

Métodos generales y especiales de entrenamiento

-> Métodos para la mejora de la técnica:

  • Drills de técnica. Los drills de técnica son ejercicios específicos diseñados para enfocarse en aspectos clave de la técnica de carrera, como la postura, la posición de los brazos, la cadencia de zancada y la coordinación. Estos drills pueden incluir ejercicios como skipping, carreras con vallas bajas, carreras con rodillas altas y carreras con talones glúteos.
  • Análisis de video. El uso del análisis de video puede ser una herramienta valiosa para evaluar y corregir la técnica de carrera. Al revisar grabaciones de las carreras, los atletas y entrenadores pueden identificar áreas de mejora y realizar ajustes en la técnica.
  • Entrenamiento de fuerza y flexibilidad. Un componente importante del entrenamiento de la técnica es el desarrollo de la fuerza y la flexibilidad necesarias para una técnica eficiente. Esto puede incluir ejercicios de fortalecimiento de piernas, ejercicios de estabilidad y movilidad, así como estiramientos específicos para mejorar la flexibilidad.
  • Retroalimentación y corrección. Durante el entrenamiento de la técnica, es crucial proporcionar retroalimentación constante y correcciones para ayudar a los atletas a mejorar su técnica. Esto puede incluir instrucciones verbales, demostraciones prácticas y retroalimentación táctil.

-> Métodos para la mejora de la fuerza y potencia muscular:

  • Ejercicios con sobrecargas. Los ejercicios de con pesas, como sentadillas, arrancadas y cargadas, son comunes en el entrenamiento de fuerza y potencia. Estos ejercicios se centran en desarrollar la fuerza y la potencia en los músculos principales utilizados durante el sprint.
  • Ejercicios de fuerza explosiva. Los ejercicios de fuerza explosiva, como saltos pliométricos, saltos en caja y lanzamientos de balón medicinal, se utilizan para mejorar la capacidad de generar fuerza rápidamente y potencia en los músculos involucrados en el sprint.
  • Ciclos de entrenamiento estructurados. El entrenamiento de fuerza y potencia se organiza en ciclos estructurados que se enfocan en diferentes aspectos, como la hipertrofia muscular, la fuerza máxima y la fuerza explosiva. Estos ciclos suelen tener una duración de 4 a 6 semanas y se adaptan a las necesidades individuales del atleta.
  • Combinación con entrenamiento de sprint. El entrenamiento de fuerza y potencia se combina con el entrenamiento de sprint para optimizar el rendimiento en el sprint. Esto puede incluir la realización de ejercicios de fuerza y potencia en días alternos al entrenamiento de sprint, o la integración de ejercicios de fuerza y potencia dentro de las sesiones de entrenamiento.

-> Método pliométrico:

  • Saltos pliométricos. Los saltos pliométricos son ejercicios en los que se realiza un salto explosivo, aterrizando y de inmediato realizando otro salto. Estos ejercicios pueden incluir saltos verticales, saltos en caja, saltos laterales y saltos con una pierna.
  • Lanzamientos de balón medicinal. Los lanzamientos de balón medicinal implican lanzar un balón medicinal con fuerza explosiva. Estos ejercicios pueden realizarse en diferentes direcciones y planos de movimiento, como lanzamientos hacia arriba, hacia adelante o hacia los lados.
  • Saltos con vallas. Los saltos con vallas son ejercicios en los que se salta sobre vallas colocadas a diferentes alturas. Estos ejercicios ayudan a mejorar la potencia y la capacidad de saltar con rapidez y eficiencia.
  • Circuitos de saltos múltiples. Los circuitos de saltos múltiples implican la realización de una serie de saltos diferentes en secuencia. Esto puede incluir saltos en diferentes direcciones, saltos con cambios de dirección y saltos combinados con otros ejercicios pliométricos.

Estrategias básicas de recuperación

Se presentan algunas estrategias de recuperación comúnmente empleadas en el entrenamiento del sprint:

  • Carreras de tempo. Las carreras de tempo son carreras de baja intensidad y distancia moderada que se realizan entre días de entrenamiento de alta intensidad. Estas carreras ayudan a aflojar los músculos rígidos, mejorar la capacidad cardiovascular y promover la recuperación activa.
  • Modalidades de recuperación pasiva. Se han utilizado diversas modalidades de recuperación pasiva, como masajes, estiramientos, prendas de compresión, inmersión en agua fría o agua contrastante, crioterapia, terapia de oxígeno hiperbárico y electroestimulación. Estas modalidades pueden tener beneficios subjetivos para la recuperación, pero actualmente no hay evidencia convincente que respalde su uso generalizado en atletas de alto rendimiento.
  • Reducción del volumen de entrenamiento. Durante la fase de recuperación, es común reducir el volumen total de entrenamiento para permitir que el cuerpo se recupere y se adapte al estrés del entrenamiento. Esto implica una disminución en la cantidad de repeticiones, series o distancia recorrida en comparación con las fases de entrenamiento más intensas.
  • Descanso adecuado. El descanso adecuado, incluyendo una buena calidad de sueño y una nutrición adecuada, es fundamental para la recuperación óptima. Los atletas deben asegurarse de dormir lo suficiente y consumir una dieta equilibrada que proporcione los nutrientes necesarios para la recuperación muscular y la reparación de tejidos.

Pautas generales de aplicación al sprint:

  • Duración del tapering. El tapering suele tener una duración de 1 a 3 semanas, dependiendo de la importancia de la competición y las necesidades individuales del atleta. Durante este período, se reduce progresivamente la carga de entrenamiento para permitir que el cuerpo se recupere y se adapte al estrés del entrenamiento.
  • Reducción del volumen. Durante el tapering, se reduce el volumen total de entrenamiento, lo que implica una disminución en la cantidad de repeticiones, series o distancia recorrida en comparación con las fases de entrenamiento más intensas. Esta reducción gradual ayuda a reducir la fatiga acumulada y permite una mejor recuperación.
  • Mantenimiento de la intensidad. Aunque se reduce el volumen, se mantiene la intensidad del entrenamiento durante el tapering. Esto significa que los atletas continúan realizando ejercicios de alta intensidad, pero en menor cantidad. Esto ayuda a mantener la forma física y la capacidad de generar potencia y velocidad.
  • Descanso, sueño y nutrición adecuada. Durante el tapering, es importante asegurarse de tener un descanso adecuado, incluyendo una buena calidad de sueño y una nutrición adecuada. Esto ayuda en la recuperación y en la optimización del rendimiento en la competición.

Tabla resumen de métodos específicos de entrenamiento de sprint y recomendaciones prácticas sobre carga de entrenamiento

Haugen, T., Seiler, S., Sandbakk, Ø. et al. The Training and Development of Elite Sprint Performance: an Integration of Scientific and Best Practice Literature. Sports Med – Open 5, 44 (2019). https://doi.org/10.1186/s40798-019-0221-0

¿Cómo preparar el plan de partido?

El plan de partido es el plan de competición específico para los deportes clasificados como deportes de equipo en juego con balón (fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol, fútbol sala, rugby,…)

Un plan de partido recoge las líneas estratégicas y tácticas fundamentales más convenientes para afrontar una competición con el objetivo principal de ganarla. Implica la anticipación de situaciones y la planificación de respuestas tácticas para maximizar las fortalezas de un equipo y explotar las debilidades del equipo adversario.

La estructura fundamental de un plan de partido supone:
○ Definir los objetivos de la competición.
○ Realizar un análisis preciso de las fortalezas y de las debilidades propias y las del adversario.
○ Conclusiones cara a la preparación específica del partido, tanto para el microciclo de entrenamiento como para la propia competición.

A mi juicio, los elementos principales en la preparación de un plan de partido se pueden concretar en los siguientes puntos:

  • Identificar los aspectos fundamentales que aumentan la probabilidad de ganar o de perder el partido.
  • Definir el estado físico y emocional del equipo y de los jugadores/as, propios y adversarios.
  • Concretar los objetivos específicos del equipo y de cada jugador-a para afrontar el partido.
  • Justificar el modelo de juego ideal con la mayor probabilidad de ganar el partido, señalando los aspectos tácticos individuales y colectivos a desarrollar durante el mismo.
  • Preparar la dirección del partido anticipando situaciones posibles que puedan surgir.
  • Diseñar el microciclo de competición con criterios de planificación táctica.
  • Comunicar a los jugadores/as, de forma clara, concisa y empática, los elementos clave del plan de partido.

Para realizar el análisis del estado de los equipos y de los jugadores, propios y adversarios se aconseja:

  • Evaluar el estado de salud (informes médicos) y el estado de forma (informes de condición física) de jugadores/as y equipo.
  • Identificar los patrones, técnicos y tácticos, individuales y colectivos que muestran con mayor frecuencia los jugadores/as durante el juego, especialmente el comportamiento motor mostrado en los partidos más recientes y en los partidos frente a equipos semejantes.
  • Construir una matriz con las fortalezas y las debilidades más destacadas que muestran los jugadores-as en la competición.
  • Definir su modelo y estilo de juego habitual y probable en el partido.
  • Determinar los objetivos y los procedimientos que se puede plantear para ganar.

Para preparar el microciclo de competición empleando criterios de planificación táctica se aconseja:

  • Diseñar el microciclo de competición de tal forma que se asegure la recuperación postpartido, la aplicación de una carga semejante a la competición para jugadores/ disponibles con menos minutos en el partido, desarrollo especial e integral de las capacidades y la preparación técnico – táctica del partido conforme conclusiones obtenidas en el plan de partido.
  • Ordenar las sesiones y tareas de entrenamiento de forma lógica, secuencial y progresiva en complejidad táctica.
  • Simular situaciones de partido que permita aplicar el modelo de juego a desarrollar.

Para comunicar el plan a los jugadores/as:

  • Garantizar una comunicación clara entre los miembros del equipo y el equipo técnico.
  • Establecer señales y códigos para la comunicación rápida durante el juego y entrenamientos.
  • Definir el momento y los medios más adecuados para transmitir la información.
  • Solo transmitir información fundamental, de forma clara, concisa y empática.
  • Emplear la charla pre-partido para transmitir información clave y confianza en el equipo.

Quo Vadis preparación física (en baloncesto)

Ya pasaron unos cuantos años desde el último equipo de baloncesto que tuve la oportunidad de entrenar.

Aquello aconteció en la primera liga de baloncesto femenino en España, allá por la temporada 2009-2010, como preparador físico (PF) y en, para mi algo más que un club, el Celta de Vigo de baloncesto.

Desde esa fecha no volví a trabajar como PF en el baloncesto de competición, aunque me mantuve y me mantengo todavía muy atento a cómo se aplica el entrenamiento físico de los jugadores y de las jugadoras de baloncesto en su proceso general de entrenamiento. Todo ello observando de manera especial cómo se producen las dinámicas de trabajo y la coordinación imprescindible entre todos los miembros que configuran los grupos técnicos de los diferentes equipos, según sus roles y responsabilidades.

Lamentablemente a las conclusiones a las que voy llegando con este análisis no son muy alentadoras, detectando en la preparación física del baloncesto de competición actual fundamentalmente tres problemas principales.

El primer problema se centra en el nada nuevo escaso reconocimiento profesional de los PF en el mundo del baloncesto de competición. Incluso algo que se produce de manera sorprendente entre los/las PF que trabajan en las grandes ligas y con equipos que en muchos casos manejan presupuestos de varios millones de euros.

Después de participar en el primer congreso ASSEPREB celebrado en Madrid en 2019 pude constatar la tremenda y terrible precariedad en el trabajo de muchos PF en el ámbito del baloncesto profesional.

Salvo en equipos o clubs muy puntuales, el trabajo desarrollado por muchos de los PF en el baloncesto de competición son retribuidos con salarios bajos y, quizás lo más grave, con salarios muy por debajo de los salarios promedio, tanto de los jugadores/as como de los otros miembros del equipo técnico.

Resulta obvio decir que la responsabilidad de los y las PF en el baloncesto de competición es grande.

Básicamente al PF se le pide que los jugadores/as durante la temporada alcancen y mantengan la forma física imprescindible para rendir al máximo nivel en la competición, además de reducir todo lo posible el riesgo de las lesiones prevalentes en este deporte.

Que un PF pueda hacer bien su trabajo impacta de manera significativa en la parte financiera de un equipo; revalorizando o depreciando el valor económico de los jugadores/as y técnicos, además de optimizar el presupuesto para la temporada. Por ello no parece muy inteligente ese escaso reconocimiento salarial a la figura del PF y que tanto predomina en la inmensa mayoría de los equipos y clubs de baloncesto.

Este problema de salarios bajos y poco ponderados está echando del mundo del baloncesto profesional a muchos PF con alto conocimiento y experiencia. En este momento me vienen a la cabeza infinidad de nombres.

La obligación personal de mantener la dignidad en el trabajo además de la necesidad humana de abrirse un camino profesional con menor precariedad y desequilibrio explican en gran medida este fenómeno.

¿Y los que todavía resisten? lo hacen con un gran esfuerzo y generosidad, tanto hacia los jugadores/as como hacia los entrenadores/as. También me consta.

El segundo problema se sitúa en cual es la auténtica realidad del trabajo que desempeñan los PF en los equipos de baloncesto profesionales. En particular sobre las enormes dificultades que los PF encuentran en algunos de los equipos para poder implementar un proceso de entrenamiento racional, individualizado y mínimamente fundamentado en conocimiento y método científico.

En concreto las dificultades de los PF en los equipos se centran en el reto de desarrollar procesos de entrenamiento con escasa coordinación y sin la participación real y efectiva de todos los miembros del staff técnico que tienen una responsabilidad definida en la planificación y el control del entrenamiento de los jugadores/as que conforman el grupo.

Tradicionalmente en el baloncesto de competición el entrenamiento de los jugadores/as y equipos se apoya casi exclusivamente una preparación técnico-táctica muy minuciosa y exhaustiva. En esta línea, el problema surge cuando prácticamente la totalidad del tiempo de entrenamiento se invierte en desarrollar únicamente el componente técnico-táctico del juego, en la mayoría de los casos sin control de carga física y olvidando que hay otro tipo de tareas a realizar fuera de la pista y que además resultan indispensables para poder alcanzar el máximo nivel de rendimiento en los partidos de alta exigencia.

Se debe subrayar que los procesos de entrenamiento deberían estar fundamentados en ciencia y, también como en ciencia, los entrenadores/as y PF deben trabajar en equipo, y por consiguiente de manera metódica y coordinada.

Por último, y probablemente como consecuencia de todo lo anterior, el tercer problema que identifico lo definiría como lo que a mi juicio supone una adaptación excesiva y en muchos casos ineficiente de la metodología de preparación física a los idearios y a los criterios de preparación, en ocasiones poco fundamentados, de algunos responsables técnicos e incluso de determinados jugadores/as de un equipo.

Es desolador como a muchos PF en activo se les reducen sus posibilidades de intervención en los procesos de entrenamiento a los calentamientos y a las partes finales de la sesión, supeditado todo ello a la carga que surja en la parte principal de desarrollo técnico-táctico de la sesión de turno. En muchas ocasiones, sin control ni intenciones claras.

Aunque lo más grave quizás sea la creación de una “nueva preparación física”, mutilada e ineficaz que va surgiendo e incluso imponiéndose, al hilo de todos estos condicionantes.

Solucionar estos problemas no será tarea fácil, de hecho quizás estemos igual (o peor según se mire) que en 1987, año que terminé mi carrera y me puse manos a la obra como preparador físico, en el Celta masculino de lo que sería actualmente la LEB oro, pero eso ya sería otra historia para contar en otra ocasión.

Modelos sobre condición física

Existen diferentes definiciones sobre el concepto de condición física, aunque todas ellas coinciden en su definición como el conjunto de capacidades físicas vinculadas a los aspectos morfo-funcionales propios del individuo y que lo capacitan para desenvolver de forma eficiente actividad física de cierto volumen e intensidad.

Los modelos sobre condición física más manejados denominan a los componentes de la condición física como capacidades o cualidades físicas básicas (Ozolin, 1983; Bouchard, 1991) o factores rendimiento físico (Astrand & Rodhal, 1985).

El modelo propuesto por Ozolin, compartido también por otros autores (Matveyev, 1964; Álvarez del Villar, 1985), denomina a los componentes de la condición física como cualidades o capacidades físicas básicas, diferenciando las capacidades de resistencia, fuerza, velocidad, agilidad, coordinación, equilibrio y flexibilidad.

En este sentido Bouchard matiza, en su modelo de condición física de Toronto, un paradigma de condición física para la salud, diferenciando las características morfológicas y otras capacidades como componentes fundamentales: muscular, cardiorrespiratoria, motora y metabólica.

En este mismo modelo de Toronto se diferencia además una condición física para el rendimiento deportivo, en el que la destreza, la potencia y la capacidad cardiorrespiratoria, la fuerza, la resistencia, la potencia y la velocidad neuromuscular, las dimensiones y la composición corporal, el estado nutricional y la motivación serían los componentes principales a tener en cuenta.

El otro modelo propuesto por los fisiólogos del ejercicio escandinavos Astrand & Rodhal denominan los componentes de condición física como factores de rendimiento físico y los clasifica en tres categorías básicas: capacidad metabólica para la producción de energía aeróbica e anaerobica, capacidad neuromuscular para la fuerza y la coordinación y los factores psicológicos en los que destacan la motivación, la atención, la concentración y otros factores cognitivos de interés.

Finalmente en los siguientes cuadros se resumen las definiciones y los sistemas funcionales vinculados a las diferentes capacidades físicas que constituyen la condición física de un individuo.

Actividad física, condición física y salud

La capacidad de producir movimiento corporal es una característica fundamental de la especie humana. En el caso de los primeros humanos su capacidad motora les facilitó la adaptación a los diferentes entornos físicos y por consiguiente también su supervivencia a lo largo del tiempo. 

Hoy en día en el siglo XXI, la evolución tecnológica de la sociedad contemporánea  está provocando que el ser humano tenga cada vez una menor necesidad de movimiento y ese cambio trascendental lo va conduciendo inexorablemente a una especie cada vez más inactiva y sedentaria.

Se podría afirmar que no existe una definición universal sobre qué se entiende condición física y sus componentes, ya que es un término que ha ido cambiando a lo largo del tiempo.

En general se puede definir a la condición física como al conjunto de capacidades condicionadas por factores morfo-funcionales del organismo y que determinan en un individuo su capacidad de rendimiento físico o la capacidad de realización de cualquier tipo de actividad física de cierta intensidad.

A finales de la década de 1960 y a principios de la década de 1970 emerge un concepto de condición física más ámplio y más próximo al ámbito de la salud, lo cual propicia cierta ruptura ideológica al tomar como propósito principal el bienestar del individuo por encima de un objetivo más tradicional basado en el rendimiento deportivo. 

En los modelos más recientes sobre condición física ya se destaca la estrecha interrelación entre actividad física, salud y condición física, junto con el efecto de los factores ambientales y genéticos que la condicionan.

Se define actividad física, esfuerzo físico o carga física como cualquier tipo de actividad que requiera un gasto de energía superior al gasto de energía en reposo ( 1 MET).

El entrenamiento y el ejercicio físico son formas sistemáticas de actividad física (con objetivo, método y control de calidad) que pueden mejorar de forma significativa, junto con una adecuado estilo de vida, la condición física y la salud de cualquier individuo.

A efectos prácticos, el ejercicio y entrenamiento físico son procedimientos casi idénticos. Tanto el entrenamiento como el ejercicio físico son procesos controlados en el que con una administración inteligente de la carga se pretende inducir cambios/adaptaciones morfológicas y funcionales en el organismo para la mejora del rendimiento físico y de la salud de un individuo.

La diferencia principal entre ejercicio y entrenamiento físico está fundamentalmente en sus objetivos:

  • Objetivo del ejercicio físico: desarrollo de la condición física general para producir mejoras en la salud.
  • Objetivo del entrenamiento físico: desarrollo de la condición física general y de la condición física específica para la mejora del rendimiento en una modalidad deportiva o profesión.

El concepto de condición física  para la salud fue introducido en 1990 por Bouchard y Shephard en el llamado “Modelo de Toronto de Condición Física, Actividad Física y Salud”.

Bouchard define physical fitness o condición física al conjunto de cualidades innatas y adquiridas que determinan la aptitud de realizar actividades que requieren trabajo físico.

Bouchard y Shephard (1990) con su propuesta de  “Modelo de Toronto de Condición Física, Actividad Física y Salud” diferencian dos tipos de fitness:

-> Fitness para la salud. Conjunto de componentes que favorecen un estilo de vida activo y saludable: morfológico, muscular, motor, cardiorrespiratorio y metabólico.

-> Fitness para el rendimiento. Conjunto de componentes necesarios para el máximo rendimiento deportivo: destreza, potencia y capacidad cardiorrespiratoria,  resistencia, fuerza, velocidad y potencia muscular, dimensiones y composición corporal, estado nutricional y motivación.

Diferentes estudios muestran que un elevado nivel de condición física se asocia con estados de salud más favorables para diferentes poblaciones, en los que se incluyen la prevención de la obesidad, la reducción de la incidencia de enfermedades cardiovasculares, una mejor  salud ósea y la observación de mejoras significativas en la salud mental. 

Entrenamiento de la resistencia en el baloncesto de competición

Está comúnmente aceptado que junto con las capacidades de fuerza y velocidad, la resistencia o la capacidad aeróbica es una capacidad clave para el desarrollo de un alto rendimiento en el baloncesto de competición.
Alcanzar un nivel elevado en los indicadores clave vinculados a esta capacidad física permite a los jugadores y a las jugadoras incrementar la posibilidad de mantener un mayor volumen de esfuerzo realizado a alta intensidad durante el juego, así como una mayor frecuencia de los mismos.
A pesar de estar considerada como un componente de la condición física específica fundamental para el rendimiento en baloncesto su abordaje en el entrenamiento de jugadores y jugadoras siempre ha sido controvertido debido en muchos casos al desconocimiento y a lo poco atractivo que resulta para algunos jugadores/as la aplicación de determinados métodos de entrenamiento debido a la supuesta dureza y monotonía de las cargas y sobre todo debido a falsos prejuicios considerados también, no solo por algunos entrenadores, sino incluso por determinados preparadores físicos.

La exigencia del juego obliga a un entrenamiento sistemático donde el desarrollo de la resistencia debería ocupar un lugar destacado en todas las fases del proceso y del entrenamiento de los jugadores y de los equipos.

Como metodologías básicas y específicas para el entrenamiento de la capacidad aeróbica en el baloncesto se pueden considerar:

  • Esfuerzos de carga continua y extensiva; este contenido de entrenamiento se fundamenta en la realización de actividades de tipo cíclico, preferentemente carrera pero que también se pueden emplear en ocasiones la bicicleta, el remo y/o la natación. La intensidad del esfuerzo es baja-moderada (lactato < 2 mlmol/l), a ritmo estable o ligeramente en progresión y con duraciones de esfuerzo entre 20 -60 min. El confort respiratorio es un indicador subjetivo muy preciso para determinar la intensidad óptima en este tipo de trabajo y la frecuencia cardiaca promedio recomendada se sitúa aproximadamente entre el 70-80% de la frecuencia cardiaca máxima.
  • Esfuerzos de carga continua e intensiva; este contenido se asemeja al anterior con la diferencia fundamental en cuanto a la intensidad (lactato ente 2-4 mlmol/l) y duración entre 10 -30 min. En este tipo de entrenamiento la frecuencia cardiaca promedio se sitúa aproximadamente entre el 80-90 % de la frecuencia cardiaca máxima.
  • Esfuerzo interválico de alta intensidad; este tipo de metodología de entrenamiento se fundamenta en alcanzar un volumen entre 3 -6 km a partir de la suma de esfuerzos intermitentes basados en el patron motor de la carrera. Las fases de actividad suponen duraciones entre 1-3 minutos de esfuerzo, realizados a un ritmo de carrera estable y con alta intensidad (lactato > 4 mlmol/l) a una frecuencia cardiaca entre el 90-95 % de la frecuencia cardiaca máxima. Entre las fases de se incrustan tiempos para la recuperación individuales y de duración variable. Se considera el tiempo óptimo de recuperación al tiempo necesario para que la frecuencia cardiaca se reduzca hasta el 60-70% de la frecuencia cardiaca máxima.
  • Interval de alta intensidad con juego real y juego reducido; esta metodología integrada se fundamenta en la metodología de esfuerzos de alta intensidad. La mayor dificultad en la aplicación de esta método es la dificultad para el control de la carga de forma precisa. El control del tiempo de las tareas, tanto en fase de esfuerzo como en fase de recuperación, el seguimiento de la frecuencia cardiaca con dispositivos de monitorización y la aplicación de escalas de percepción de carga son los recursos más empleados para esta metodología.

La combinación de todos estos procedimientos, en una proporción conforme el periodo de la temporada en el que se encuentre el jugador/a o equipo, mejorará de forma efectiva todos los indicadores de resistencia que se precisan: consumo máximo de oxígeno, consumo de oxígeno asociado a potencia crítica (lactato=2mlmol/l) y eficiencia.

Es conveniente que en la planificación de los procesos de entrenamiento no se olvide la importancia real que tiene el entrenamiento de la resistencia en el desarrollo, formación y preparación de jugadores/as de baloncesto.

Entrenamiento en remo o en deportes de resistencia de alta intensidad

Una de las tareas fundamentales antes de lanzarse a la planificación del entrenamiento deportivo es conocer con detalle la carga de competición de la modalidad en cuestión así como de las características particulares y los antecedentes de los deportistas con los que vayas a trabajar.

En el caso del remo de competición, el análisis de la carga de competición y el perfil de remeros/as de rendimiento son temas que se encuentran revisados en la literatura científica de forma bastante exhaustiva.

Cuando se analiza la carga física o externa de la carga de competición del remo, los parámetros cinemáticos y la potencia desarrollada en la regata son elementos clave en el análisis. Recorrido sobre diferentes tipos de embarcación de 2000 metros en linea en campo de regatas balizado de aguas tranquilas, con tiempos de esfuerzo entre 5:30 y 8 minutos, promedios de frecuencia de palada de 32-42 paladas por minuto con desplazamientos de embarcación entre 8 y 10 metros por palada, además de potencias promedio entre 500 w y 300 w son los datos más relevantes para este componente de carga de competición en el remo olímpico.

La carga fisiológica o interna ofrece datos relevantes sobre los elementos funcionales clave para el rendimiento en regatas de 2000 metros. Valores de VO2 max entre 6 -4 l/min, 75-85% del VO2 max para potencia crítica y 12 ml O2 /w para la eficiencia se asocian a remeros y remeras de alta competición y nivel internacional.

En entrenamiento en remo se fundamenta en el desarrollo de las capacidades de fuerza y resistencia además de la adquisición de un elevado nivel técnico a ritmo de regata.

Diferentes metodologías para el desarrollo alternado o concurrente de la fuerza y la resistencia además de aplicar modelos de planificación, tradicional o por bloques, se pueden emplear para el desarrollo óptimo de este proceso de mejora.

Es importante destacar el respeto que en todo momento se debe mostrar hacia la salud física y mental de los deportistas, con una aplicación de cargas seguras y efectivas que minimicen el riesgo de lesiones y de patologías prevalentes realizando para ello un práctica de entrenamiento adaptada en todo momento a las características personales y sociales de los y las remeras.

Destacar también el importante papel que juega el entrenamiento invisible en mejorar la efectividad y seguridad del entrenamiento para remeros y remeras de competición. Una buena alimentación, descanso, sueño y gestión del estrés son los aspectos más determinantes con evidencia científica en este sentido.

Telmo Silva Alonso (2023). Entrena remo apoyándote en la ciencia. Editorial Uno.

Demandas físicas y fisiológicas del fútbol de alto nivel actual

La evolución del fútbol actual impone cada vez más mayores exigencias a los jugadores y jugadoras, especialmente en términos de su capacidad para hacer frente a la creciente intensidad de los partidos tanto en el juego con balón como sin balón.

En el fútbol moderno, los entrenadores están cada vez más en busca de jugadores rápidos y habilidosos que tengan una condición física fuera de lo normal para realizar esfuerzos repetidos de alta intensidad además de ser capaces de tolerar cargas semanales de entrenamiento y partidos muy elevadas y frecuentes.

Las limitaciones en el entrenamiento como consecuencia de una programación de partidos intensa y frecuentes hacen que sea desafiante para los entrenadores y preparadores físicos planificar el entrenamiento en las fases previas al inicio de la temporada y, en particular, durante la temporada competitiva.

En este sentido, los preparadores o preparadoras físicos pueden utilizar ciclos de entrenamiento intensivos durante estos periodos para mejorar la capacidad de los jugadores y jugadoras con la realización de ejercicio intermitente a alta intensidad de forma muy dosificada. La adición de entrenamiento aeróbico de alta intensidad una o dos veces por semana puede mejorar la capacidad de los sistemas energéticos aeróbicos y empujar el umbral para cuándo ocurren las perturbaciones iónicas y metabólicas y, por lo tanto, la fatiga.

Además, la capacidad de realizar ejercicios de muy alta intensidad de forma repetida también puede mejorarse introduciendo un ajustado volumen de entrenamiento de fuerza una o dos veces por semana, lo cual se relaciona con una mayor capacidad de los sistemas metabólicos y una economía de carrera mejorada.

Los jugadores también pueden lograr adaptaciones positivas en el rendimiento con entrenamiento aeróbico de alta intensidad combinado o mixto y entrenamiento de fuerza (entrenamiento concurrente). Con este enfoque, se puede conservar o aumentar la capacidad de los sistemas energéticos aeróbicos, mientras al mismo tiempo se obtienen las adaptaciones positivas del entrenamiento de fuerza.

Sin embargo, se debe tener mucha precaución a la hora de aplicar los ciclos de entrenamiento intensivo ya que deben planificarse cuidadosamente teniendo en cuenta el momento de la temporada, la programación de partidos y la carga y nivel físico del jugador o jugadora.

Hostrup, M., & Bangsbo, J. (2022). Performance Adaptations to Intensified Training in Top-Level Football. Sports Medicine, 1-18.

Periodización en baloncesto de competición

La periodización es la herramienta metodológica fundamental que emplean los entrenadores/as y preparadores/as físicos en el baloncesto para realizar una planificación científica del entrenamiento de los jugadores-as y/o de los equipos.

De forma sencilla, la periodización se puede definir como el procedimiento por el cual se distribuye de forma racional la carga de entrenamiento a lo largo del tiempo. La periodización del entrenamiento se caracteriza por la división de una temporada completa en unidades temporales más reducidas y vinculadas a objetivos concretos y específicos: periodos, ciclos y sesiones de entrenamiento.

En el siguiente cuadro se resumen las características principales los dos modelos básicos de planificación deportiva y de los cuales se obtienen los principios metodológicos principales para la periodización del entrenamiento de jugadores-as y equipos de baloncesto.

ModeloAutoresCaracterísticasEstructura de la temporada
TradicionalMatveyev (1964)Centrado en varios objetivos para cada mesociclo.
Predominio del entrenamiento concurrente.
Objetivos de rendimiento a largo plazo.
Periodo de preparación general
Periodo de preparación específica
Periodo de competición
Periodo de Transición.
BloquesVerkhoshansky (1980) Bondarchuk (1982) Issurin (1986)Centrado en pocos objetivos para cada mesociclo-bloque.
Predominio del entrenamiento secuencial.
Objetivos de rendimiento a corto-medio plazo.
Desarrollo -> Competición -> Recuperación (Bondarchuk, 1980)
Acumulación -> Transformación -> Realización (Issurin, 1986)
Elaborado por Telmo Silva Alonso (2022).

Las características principales a tener en cuenta para la periodización del entrenamiento de jugadores/as y equipos de baloncesto se podrían resumir en las siguientes:

a) Presencia de periodos de competición largos y con alta densidad competitiva.

b) Necesidad de estar en forma durante periodos de tiempo prolongados.

c) Los periodos de preparación en grupo suelen ser cortos y obligan necesariamente  durante los ciclos de competición a combinar sesiones de entrenamiento de capacidades específicas (desarrollo) con los partidos.

d) En general una temporada en baloncesto se estructura teniendo en cuenta las siguientes fases: pretemporada (6-8 s), temporada (28-32 s), postemporada (4-8 s) y fase de recuperación (4-6 s). 

Tomando como referencia los dos modelos básicos de periodización, se determinan las siguientes unidades temporales para la periodización del entrenamiento en baloncesto:

a) Sesión: secuencia lógica y coherente de tareas de entrenamiento estructurada en tres partes fundamentales -> Activación, parte principal y normalización fisiológica. Según contenido, entre 30 min y 2 h 30 min de duración. 

b) Microciclo (MC) : secuencia lógica y coherente de sesiones de entrenamiento. Duración entre 3 y 7 días, siempre se cierran con sesión o tiempo de recuperación. MC de carga, MC de competición y  MC de recuperación son los más característicos en baloncesto.

c) Mesociclo (MS): secuencia lógica y coherente de 3 -6 MC. MS de carga, MS de competición y  MS de recuperación son los más característicos en baloncesto.

d) Periodo: intervalo de tiempo formado por una secuencia lógica y coherente de MS. Según su objetivo: Periodo de preparación general (0-18 semanas), Periodo de preparación específica (4-18 semanas), Periodo de competiciones (2-40 semanas) y Periodo de transición (2-5 semanas).

e) Macrociclo o ciclo competitivo (MCR): está constituidos por una serie lógica de periodos de entrenamiento que se conforman según el calendario anual de competiciones. Una temporada (1 año) puede contemplar de 1 a 3 MCR. 

Finalmente, en los siguientes cuadros se expone la periodización para un hipotético equipo de ACB en la temporada 22-23 y la distribución de posibles mesociclos para el periodo de competiciones.

PeriodoPreparación generalPreparación específicaPeriodo de competiciónPeriodo de transición
Fechas1 JUN – 31 JUN1 AGO – 20 SEP 21 SEP- 21 MAY 22 MAY – 30 JUN
Duración4- 5 semanas8 semanas34 semanas5 semanas
Frecuencia habitual de partidos 1 partido de preparación/semana1 partido de liga /semana 
Elaborado por Telmo Silva Alonso (2022)

Elaborado por Telmo Silva Alonso (2022)

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